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El espíritu de la esperanza


obra de arte con un campo con ríos y una escalera en el centro

Byung-Chul Han, reconocido filósofo contemporáneo nacido en Seúl en 1959, es un pensador que ha dedicado su obra a develar las dinámicas de poder y alienación en nuestra era globalizada. Su libro El espíritu de la esperanza, publicado por Herder Editorial en 2024, representa un giro significativo en su corpus intelectual, tradicionalmente marcado por una crítica mordaz al neoliberalismo y la modernidad. En esta obra, Han abandona momentáneamente su tono crítico habitual para explorar un horizonte alentador: la esperanza como motor de vida, resistencia y transformación. Nos parece muy importante aclarar que Han le da al termino esperanza un sentido por fuera del habitual que intaremos transmitirles en este comentario.




El título El espíritu de la esperanza no solo anuncia el tema central del libro, sino que también evoca una profundidad filosófica. “Espíritu” sugiere algo esencial e inmaterial que impregna la existencia humana, mientras que “esperanza” se presenta no como una mera emoción pasajera, sino como una forma de ser, un modo de habitar el mundo. Han nos invita a reflexionar sobre cómo, incluso en los momentos más oscuros de desesperación, la esperanza surge como una fuerza vital que abre nuevos caminos.



El libro está dividido en tres grandes secciones: esperanza y acción, esperanza y conocimiento, y esperanza como forma de vida, todas profundamente interconectadas y respaldadas por referencias filosóficas, literarias y culturales.


La esperanza frente al miedo y la desesperación


Desde el preludio, Han confronta un escenario global que nos empuja hacia el miedo y la desesperanza: guerras, crisis climáticas, pandemias y la incesante narrativa apocalíptica que domina nuestra sociedad. Este “clima de miedo” no solo amenaza la democracia y la solidaridad, sino que también nos encierra en un ciclo de supervivencia, reduciendo la vida a su mínima expresión.


En contraposición, Han subraya que la esperanza nos permite imaginar futuros posibles y trascender la lógica paralizante del miedo. La esperanza, como dice el autor, es “un horizonte de sentido” que nos devuelve la capacidad de soñar, actuar y encontrar significado.


La esperanza como alternativa al optimismo y al pesimismo


Han distingue cuidadosamente entre esperanza, optimismo y pesimismo. Mientras que el optimismo y el pesimismo están atrapados en una visión cerrada del tiempo —ambos incapaces de imaginar lo radicalmente nuevo—, la esperanza es abierta y dialéctica. Para Han, la esperanza se nutre de la negatividad: es en los momentos más oscuros donde se gestan los actos más audaces y transformadores.


Este enfoque recuerda las palabras de Nietzsche, quien describió la esperanza como un “arco iris que surge sobre el torrente”. Para Han, la esperanza no es ingenuidad; es un acto de resistencia activa que nos impulsa a enfrentar las adversidades con audacia y ternura.


La esperanza como forma de vida y transformación


El autor redefine la esperanza no como una emoción aislada, sino como un “temple anímico” que nos eleva por encima de las restricciones de la realidad dada. En este sentido, Han critica el pensamiento positivo superficial, que privatiza el sufrimiento y promueve la falta de solidaridad. La esperanza, en cambio, nos conecta como comunidad y abre un espacio para el cambio colectivo.


Inspirándose en figuras como Gabriel Marcel y Ernst Bloch, Han describe la esperanza como una tensión hacia lo aún no nacido, una búsqueda activa de lo nuevo y lo distinto. Es una fuerza que rompe con las cadenas del conformismo y nos invita a explorar horizontes de posibilidad.



Un elemento distintivo del libro es la inclusión de obras del artista contemporáneo Anselm Kiefer, cuya exploración visual del renacimiento espiritual en medio de las ruinas dialoga profundamente con las ideas de Han. Estas imágenes no son meros adornos, sino que complementan la narrativa filosófica, aportando una dimensión estética que refuerza el mensaje de la esperanza como fuerza regeneradora.



Byung-Chul Han distingue la esperanza de una ilusión vacía o de un optimismo ingenuo, anclándola en una tensión dialéctica que no elude la negatividad, sino que la abraza como su origen. La esperanza, para Han, no consiste en esperar lo imposible de manera irrealista, sino en abrirse a lo posible desde una mirada audaz que transforma la desesperación en una fuerza de creación. No es un salto al vacío ni una espera pasiva de lo inalcanzable; es una forma activa de existencia que otorga dirección y sentido. Al contrario de la frustración interminable que genera el deseo por lo imposible, la esperanza reconoce los límites del presente, pero los habita con una mirada hacia lo nuevo y lo venidero. Así, no se trata de exigir que lo improbable se materialice, sino de imaginar y buscar alternativas que rompan con lo dado, sembrando futuros inesperados en el terreno fértil de la indeterminación. Lo que Han plantea como esperanza se aproxima a lo que desde el psicoanálisis llamamos deseo.


Las ideas que presenta Byung-Chul Han en El espíritu de la esperanza tienen una profunda relevancia para la terapia online que ofrecemos, especialmente en un contexto donde las personas a menudo se enfrentan a la desesperanza, el aislamiento y la presión del rendimiento constante. Han redefine la esperanza como un motor activo y comunitario, alejándola del individualismo promovido por el pensamiento positivo superficial. Esta perspectiva resuena con la orientación que sostenemos como psicólogos Argentinos, donde no solo se trata de incluir las dificultades presentes, sino también sostener la indeterminación como un espacio fértil para lo nuevo. En la terapia, aprender a hacer soportable la indeterminación es crucial para abrir el camino a lo no nacido, aquello que aún no es pero puede ser imaginado y construido. En un mundo donde el miedo y la ansiedad parecen dominar, las ideas de Han son un recordatorio de que incluso en muchos momentos difíciles, es posible encontrar caminos hacia la transformación y la conexión, haciendo de la terapia un espacio donde se siembran las semillas del cambio, la resiliencia y la creatividad compartida.



El espíritu de la esperanza es más que un libro filosófico; es una invitación a reimaginar nuestra existencia en un mundo marcado por la incertidumbre. Han no propone soluciones simplistas ni consuelo fácil, sino un llamado a hacerle lugar a la esperanza como un acto valiente que soporta la incertidumbre para dar lugar a lo aún no nacido.



Reseña del libro por  Psicólogos Online Argentina


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