Personas tóxicas, relaciones tóxicas, personalidades narcisistas, bipolares... Son términos que circulan cotidianamente en esta época. Hay podcasts, videos de YouTube y libros que describen ciertos rasgos y arman un cuadro donde se etiquetan a las personas que cumplan con algunos de los rasgos descritos. Estos términos se convierten en distintos conjuntos, cada uno con una etiqueta donde se distribuyen a las personas, y los que no entran aquí no tienen por qué preocuparse porque ya entrarán en otros conjuntos. Cada cual con su etiqueta. Resulta un mundo donde las personas son rebautizadas por los términos que parecen decir lo que son. Cada uno tiene un nombre, pero los nombres en general no tienen un significado y, si lo tienen, no necesariamente dicen algo verdadero sobre el que lo porta.
En cambio, las etiquetas intentan atrapar el ser de alguien. Lo que el nombre de alguien no llega a decir, parece decirlo su etiqueta. La pregunta que surge es por qué se produce esta pasión por las etiquetas. ¿Cuál es la necesidad que lleva a tratar de atrapar el alma de las personas y ponerles una etiqueta que describa su comportamiento y sus intenciones?
Lo que escuchamos como psicoanalistas en línea es que muchas veces estas etiquetas sirven para poder ponerle nombre a ciertos asuntos que se padecían y que hasta ese momento no se habían podido identificar. Les permite poder pensar algo de sí mismos, de otros o de la relación con otros.
Nos interesa dejar aquí abierta la pregunta sobre qué implicancias tiene para uno mismo identificar y fijar a los demás de esta manera con esta pasión por la determinación. No se suele soportar fácilmente la indeterminación, el hecho de no saber ya sea sobre el otro o sobre uno, y en su lugar, nos encontramos con el intento de que todo tenga nombre y significado. Orden y determinación. El tema de la determinación lo trabajamos en varios post que recomendamos su lectura: Es Blanco o Negro. El pensamiento Ideal que deja siempre en el padecimiento... y este otro: Sobre historias familiares…¿lo que nos determina?
Este planteo de las etiquetas en nuestra época lo usamos solamente como introducción para poder ubicar otras etiquetas que a veces cuesta identificarlas como tales.
Muchos de los que consultan vienen cargando con diversas etiquetas. Antes hablamos de algunas etiquetas de esta época, pero hay muchas más, como las palabras que les dijeron sus padres sobre cómo los veían: "sos linda, buena, inteligente", pero no siempre son rasgos positivos: "sos pesada", "no seas malo", "tenés un poco de panza", o sea, "estás gorda", "no entendés nada", etc. Con algunas se sienten identificados, les permite armar cierta imagen amable de sí mismos que les da seguridad, pero en otros casos producen ciertos complejos que generan mucha inseguridad y ansiedad.
¿Qué podemos decir desde el psicoanálisis online sobre este asunto? La teoría psicoanalítica plantea una dirección inversa a la tendencia de etiquetar a las personas. Como dijimos antes, esta pasión tiende a reunir una serie de rasgos bajo una etiqueta que se le pone a las personas, luego se los deposita en el conjunto correspondiente, y ya ese sujeto solo se lo identifica por pertenecer al universo de ese conjunto. O sea, que va de lo particular (ciertos rasgos particulares) a lo universal. En cambio, desde el psicoanálisis en línea que llevamos adelante en Argentina, la orientación va de lo particular a la singularidad de un sujeto. Gran parte del trabajo de la terapia psicoanalítica es ir cuestionando esas etiquetas, desprendiendo esos nombres que no dicen necesariamente algo verdadero sobre sí mismos, y abriendo así la posibilidad de relacionarse consigo mismo de otra manera que como se fue nombrado por el otro.
Es un trabajo con él psicoanalista que replantea cómo armo la existencia cada uno, porque estas etiquetas cobran peso y quedan adheridas porque el sujeto queda pegado a ellas ya que la primera forma de representarse es a partir de cómo los otros nos reconocen. En este punto les recomendamos el post que despliega un poca más esta temática: Siento que no tengo un lugar.
En este nuevo planteo que inaugura la terapia psicoanalítica, se trata de poder soportar la indeterminación que producen los desprendimientos de los dichos de las personas que fueron significativas para uno. En ese espacio producido, se busca generar un punto de vista desde el cual se pueda ver y oír sin el ruido del otro, con el fin de dar lugar a lo propio, a un decir propio que con la pasión por las etiquetas no tenía lugar. Decir que permite encontrarse con su propia voz.
Redactado por los profesionales de www.psicologosonlineargentina.com
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