Declinaciones de la angustia
- PsicologosOnlineArgentina

- 19 ago
- 4 Min. de lectura

¿Qué es la angustia y por qué a veces se presenta cuando todo parece estar bien? ¿Por qué hay personas que sienten un malestar intenso sin que haya un motivo claro, y otras que experimentan miedo a perder el control, sensaciones de ahogo, pensamientos inquietantes o una opresión en el pecho que no pueden explicar? Estas preguntas no sólo surgen en quienes consultan con un psicólogo online, sino que constituyen el punto de partida de este libro de Colette Soler, donde la angustia es abordada no como un trastorno más, sino como una experiencia estructural del sujeto.
Desde el inicio, Soler diferencia la angustia de otras emociones, aclarando que no es algo que “sucede”, sino que se impone. No es tristeza, ni miedo, ni ansiedad, aunque puede confundirse con todas. La angustia, sostiene, es un encuentro con lo real: con aquello que no tiene nombre, que no encaja, que no se deja atrapar por el sentido. Y por eso puede angustiar incluso aquello que, en apariencia, debería producir alegría: el éxito, el amor, la tranquilidad.
A lo largo del libro, se despliega la idea de que muchas veces la angustia no tiene causa evidente, pero sí efectos muy reales. Puede interrumpir el sueño, provocar síntomas corporales, generar inhibiciones o llevar a formas de evitación. Frente a eso, muchos recurren a explicaciones externas o a soluciones inmediatas. Pero lo que plantea Soler es otra cosa: escuchar qué se está diciendo ahí donde no hay palabras, y abrir un espacio de lectura subjetiva. Para muchas personas, ese es el punto de partida para iniciar una terapia online con un psicólogo argentino.
Una de las contribuciones más potentes del libro es el modo en que conceptualiza la angustia no como algo que viene a faltar, sino como algo que irrumpe en exceso. No se angustia quien no tiene, sino quien se encuentra con algo inesperado, algo que aparece donde no debía estar. Por ejemplo, al estar con el objeto de deseo y descubrir que eso no trae la calma esperada. O cuando se alcanzan logros importantes y sin embargo algo se desmorona. Esta “presencia indebida del objeto” —tal como la llama Soler— genera una conmoción, un desajuste entre lo que se vive y lo que se puede significar.
Este punto es especialmente importante en la clínica contemporánea, donde abundan las demandas de sentido, de diagnóstico, de alivio rápido. Soler se distancia de estas respuestas y plantea que el valor de la angustia no está en lo que se puede eliminar, sino en lo que puede orientar. Cuando se escucha sin apuro ni moral, puede abrir una vía para alojar lo singular de cada historia. Algo de esto también se aborda en el artículo"No sé lo que me pasa" Una lectura de la extrañeza de los síntomas desde el psicoanálisis, donde se piensa el síntoma no como un obstáculo a corregir, sino como un modo en que se presenta lo que aún no encuentra palabras.
Otro eje relevante es la función de las fobias en la infancia, que Soler describe como construcciones precarias pero eficaces para defenderse de una angustia que no puede tramitarse. El niño fóbico desplaza lo que lo angustia a un objeto exterior (un animal, un espacio, una situación), y eso le permite organizar un límite. Cuando esa operación no es posible, la angustia aparece de forma más caótica, como pánico, inhibición o acting out. Estos fenómenos reaparecen en la vida adulta, a veces de modo más encubierto. Aquí se hace evidente la importancia de trabajar con un psicólogo en línea desde un marco que no apunte solo al control del síntoma, sino a leer lo que está en juego en cada caso.
El libro también plantea una fuerte crítica a la tendencia actual de patologizar la angustia, etiquetarla y medicarla sin intentar comprenderla. Para Soler, esa vía solo produce un empobrecimiento del campo clínico y una desconexión del sujeto respecto de su verdad. El psicoanálisis, en cambio, propone una posición ética distinta: escuchar lo que no se acomoda, lo que se repite, lo que aparece como resto. No para definirlo desde afuera, sino para que quien consulta pueda, a su ritmo, encontrar una posición frente a eso.
En ese sentido, Declinaciones de la angustia también interroga el lugar del analista. ¿Qué se espera de él frente a un sujeto que no puede nombrar su malestar, pero lo siente en el cuerpo? ¿Cómo sostener la transferencia sin caer en el saber supuesto de los manuales? Soler responde con claridad: el analista no es quien sabe por el otro, sino quien sostiene la pregunta cuando no hay respuestas listas.
Además de los desarrollos teóricos, el libro ofrece reflexiones que resuenan con experiencias comunes: el temor a que algo se desarme justo cuando todo parece estable, la angustia anticipatoria frente a una pérdida, el malestar que genera no saber qué se quiere, o la sensación de vacío frente a decisiones importantes. Estos momentos son frecuentes en quienes buscan comenzar una terapia virtual, y Soler permite abordarlos sin reducirlos ni simplificarlos.
Finalmente, el libro recupera la importancia de la palabra. Aunque la angustia no se presenta como un relato, puede encontrar un lugar si se la escucha sin intención de borrarla. Ese es, tal vez, uno de los mayores aportes de este texto: mostrar que hay un modo de alojar lo que angustia sin anularlo, de permitir que diga algo, incluso si no todo se entiende.
Reseña del libro por Psicólogos Online Argentina



Comentarios