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¿Existe la relación sexual?

  • Foto del escritor: PsicologosOnlineArgentina
    PsicologosOnlineArgentina
  • hace 5 días
  • 6 Min. de lectura


Imagen alusiva al amor y el desencuentro en las relaciones, basada en el enfoque del psicoanálisis. Lectura de Massimo Recalcati desde la mirada de psicólogos online argentinos especializados en terapia online.

Massimo Recalcati es uno de los psicoanalistas italianos más influyentes de la actualidad. Formado en la enseñanza de Lacan, combina el pensamiento clínico con una profunda sensibilidad cultural. En este Libro de editorial Herder, retoma una de las frases más célebres de Lacan para interrogar el lugar del amor en tiempos contemporáneos.


La imposibilidad de que el amor sea una fórmula


¿Existe algo así como una relación perfecta entre dos personas? ¿Podemos hablar de una “pareja ideal”, de un complemento exacto? ¿O siempre hay algo que no encaja, un malentendido, un desencuentro que atraviesa incluso los vínculos más intensos?


Estas preguntas recorren el texto de Massimo Recalcati, quien parte de una afirmación provocadora del psicoanalista Jacques Lacan: “no hay relación sexual”. A primera vista, esta frase puede parecer cínica, escandalosa o derrotista. Pero lo que Recalcati demuestra con enorme claridad es que no se trata de negar el amor, ni la sexualidad, ni el deseo entre las personas. Al contrario: al decir que no hay una relación sexual “como tal”, lo que se pone en juego es algo mucho más profundo —y mucho más actual—: la imposibilidad de reducir las relaciones humanas a una fórmula o a una norma universal.



Una afirmación que incomoda (y por eso vale la pena pensarla)



Lo que Lacan y Recalcati cuestionan es la idea de que exista una especie de manual de instrucciones para el amor. Esa fantasía tan común —y tan promovida por el cine, la literatura o la psicología de autoayuda— según la cual hay alguien predestinado para mí, alguien que va a completarme, que va a entenderme sin hablar, que va a darme todo lo que me falta.


Frente a esta idea de “media naranja”, el psicoanálisis propone una lectura más realista, pero no por eso menos apasionada: los vínculos amorosos no son naturales, ni preestablecidos, ni garantizados por ninguna ley universal. Son, más bien, el resultado de una construcción frágil, singular y muchas veces inesperada.


Sobre este punto pueden encontrar en nuestro blog de Psicólogos online Argentina en la sección de nuestros escritos sobre terapia online y psicoanálisis el post: ¿Qué es la relación sexual? donde desplegamos tambien este asunto central en el encuentro y desencuentro erotico amoroso de las personas.



Lo masculino, lo femenino… y lo imposible de unir del todo



Recalcati desarrolla otro eje fundamental del texto: la diferencia entre las posiciones masculina y femenina en el amor y el deseo. No se trata aquí de géneros en términos biológicos o culturales, sino de dos formas distintas de relacionarse con el otro, con la entrega, con el misterio del deseo del otro.


Según esta lectura, el deseo masculino tiende a buscar objetos concretos, a reducir el misterio del otro a algo alcanzable, como si pudiera saberse “qué quiere” el otro o como si el deseo pudiera satisfacerse del todo. La posición femenina, en cambio, no busca cerrar el sentido del amor, sino que se abre a lo que no se puede explicar ni dominar.


Una de las ideas más potentes que recorre este texto es que cada persona busca su satisfacción sexual de manera singular, y que esta búsqueda no responde a una lógica común ni compartida entre los sexos. Lejos de pensar que el deseo y el placer se experimentan igual para todos, Recalcati —siguiendo la lectura de Lacan— plantea que los caminos que conducen a la excitación, al deseo, al goce, son radicalmente distintos en cada uno, y especialmente entre las posiciones masculina y femenina. En los hombres, dice el autor, la satisfacción sexual suele estar más ligada a una dimensión visible y concreta del cuerpo: hay una cierta tendencia a reducir el deseo a lo que se ve, a lo que se puede nombrar, a una búsqueda de descarga directa. En cambio, en las mujeres, la satisfacción no pasa solamente por el cuerpo biológico, sino que involucra lo que Recalcati llama “una experiencia más abierta, más misteriosa y menos localizada del placer”. Mientras que en los hombres suele haber una fantasía de control sobre el objeto del deseo —como si pudiera saberse “lo que quiere el otro” o cómo satisfacerlo—, en las mujeres se destaca la apertura a lo que no puede explicarse del todo, a lo que no se puede dominar. Esto no quiere decir que uno goce más que otro, sino que las rutas que llevan al deseo son diferentes, a veces incluso incompatibles. Y esa diferencia puede ser fuente de conflicto, de desencuentro… pero también de invención.


El texto no propone un modelo ideal de sexualidad “funcional”, sino que nos invita a reconocer que el deseo no es algo que se acomoda, sino algo que irrumpe, que a veces se impone sin permiso, y que muchas veces no encuentra eco en el deseo del otro. Por eso, para Recalcati, hablar de satisfacción sexual no es hablar de una técnica o de un método para “hacer que funcione”, sino entender que hay un vacío estructural, una falta de encaje, que obliga a cada uno a inventar su modo de gozar —y también su modo de amar—. Esa invención, por frágil que sea, es lo más cercano que tenemos a una relación.


Este desajuste, esta forma de desentonar entre los modos de amar, lejos de ser un defecto o una falla, es lo que permite que el amor sea algo que se inventa, que se crea, que se construye con palabras, gestos, silencios. Si existiera una relación sexual “que funcionara”, perfecta y automática, el amor no tendría lugar. No habría espacio para el encuentro, ni para la sorpresa, ni para el dolor que a veces implica amar.



El síntoma amoroso: amar donde no hay garantía



Una de las ideas más potentes del texto es que, si bien no hay una relación sexual en términos de complementariedad perfecta, sí hay algo que se pone en juego en cada intento de hacer lazo: el amor como síntoma.


¿Qué significa esto en términos simples? Que cada quien ama “a su manera”, con su historia, sus marcas, sus heridas. Y que amar no es solamente desear, ni disfrutar, ni buscar placer: es también hacer un lugar para el otro, sostener un vacío, dejar de pretender saber todo.


En lugar de pensar el amor como algo que debería funcionar “bien” —como si fuera un aparato que puede repararse cuando falla—, Recalcati nos invita a pensar que justamente porque no hay garantía, el amor tiene valor. Porque amar es arriesgarse. Es no saber del todo quién es el otro. Es aceptar que, por más que estemos cerca, siempre hay una distancia que no se puede eliminar del todo.


Y eso, en lugar de ser un problema, puede ser una posibilidad: la posibilidad de inventar, de encontrar una forma nueva de estar con alguien, una forma que no está escrita en ningún lado. Descrubrir al otro pero tambien descubrirse.



¿Qué lugar ocupa esto en la vida contemporánea?



En un mundo cada vez más orientado por la velocidad, la productividad y la lógica de “usar y tirar”, el texto de Recalcati es profundamente actual. Hoy, cuando las relaciones parecen reducirse muchas veces a un “match” o a una lista de requisitos a cumplir, este texto nos recuerda que el amor no es un cálculo, ni una transacción, ni una ecuación.


Desde nuestra orientación como psicólogos online argentinos, este planteo resuena de manera clínica y ética. En nuestras terapias con un psicólogo online o psicóloga online con orientación psicoanalítica —donde muchas veces emergen preguntas sobre vínculos, soledad, deseo o desengaño— sabemos que no hay respuestas listas para ofrecer. Pero sí podemos escuchar ese malestar, alojar esa pregunta por el amor en su dimensión más viva, más singular, más humana y trabajar desde allí con los modos de respuesta de cada uno para que desde ahí se pueda plantear un cambio.


El texto de Recalcati no se dirige solo a analistas. Su lectura —clara, bella y profundamente humana— puede resultar reveladora para cualquiera que alguna vez se haya preguntado: ¿por qué me cuesta tanto vincularme? ¿Por qué me enamoro de quien me lastima? ¿Por qué me alejo justo cuando el otro se acerca?


La respuesta, claro, no está en una receta. Pero quizás sí en esta idea: el amor no funciona porque encaja, sino porque alguien se atreve a inventar un modo de habitar lo que no cierra.




Reseña del libro por Psicólogos Online Argentina




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