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Planilandia

  • Foto del escritor: PsicologosOnlineArgentina
    PsicologosOnlineArgentina
  • 27 sept
  • 5 Min. de lectura

Tapa del libro Planilandia de Edwin A. Abbott, una obra clásica que invita a reflexionar sobre los límites del pensamiento binario y la rigidez de los ideales, temas que aún hoy se abordan en terapia virtual con psicólogo argentino online orientados por el psicoanálisis.

En Planilandia, libro de Edwin A. Abbott publicado en 1884, el autor construye un universo bidimensional donde solo existen el largo y el ancho, pero no la altura. Allí, todo ocurre en una superficie plana, en dos dimensiones, sin arriba ni abajo, sin volumen, sin profundidad. Sus habitantes son figuras geométricas que se deslizan como sombras sobre una hoja: líneas, triángulos, cuadrados, pentágonos y círculos. Cada forma ocupa un lugar preciso en la jerarquía social, determinado por el número de lados y su regularidad. Los triángulos isósceles, por ejemplo, son soldados; los cuadrados, profesionales; los círculos perfectos, aristócratas o sacerdotes.


Lo notable es que estas figuras no pueden ver el mundo como lo veríamos nosotros desde una perspectiva externa. Viven dentro de esa planicie, y todo lo que perciben de los otros es una línea: una delgadez, una sombra, una oscilación leve. El mundo está organizado según reglas estrictas que nadie cuestiona. Hasta que un día, el narrador —un respetable Cuadrado— es visitado por una misteriosa Esfera que irrumpe desde una dimensión desconocida: la tercera. Este acontecimiento desestabiliza por completo su forma de pensar, porque en su universo no hay modo alguno de imaginar algo fuera de los dos ejes que conocen. ¿Cómo concebir una dirección nueva si ni siquiera existe una palabra para nombrarla?


A pesar de haber sido escrito en el siglo XIX, el libro resulta sorprendentemente vigente. Lo que plantea Abbott sobre los límites del pensamiento, la resistencia al cambio y las jerarquías impuestas por estructuras rígidas, sigue resonando en nuestra época, especialmente cuando se lo lee desde una perspectiva clínica o filosófica.


Lo que parece una simple ficción matemática se transforma rápidamente en una crítica a los órdenes sociales rígidos, a las jerarquías fundadas en la forma y la apariencia, y —más profundamente— a los límites del pensamiento humano, los limites de la imaginación. Planilandia no habla solo de geometría, habla de nosotros: de las estructuras que heredamos, de la dificultad para imaginar algo distinto, y del rechazo violento a lo que amenaza con desestabilizar nuestras certezas y lo que estabiliza nuestro mundo.



Una crítica al pensamiento cerrado



Abbott pone en escena el rechazo absoluto a lo nuevo. Cuando el Cuadrado intenta compartir su descubrimiento sobre la existencia de la tercera dimensión, no solo es ridiculizado: es encerrado. En Planilandia, pensar más allá del límite permitido no es solo una herejía: es un peligro político. El libro se vuelve así una advertencia sobre lo que sucede cuando la estructura social está basada en un ideal que no admite fisuras.


Este mecanismo se reproduce en muchos padecimientos subjetivos: cuando todo debe ser perfecto, cuando solo hay dos opciones —triunfar o fracasar, ser amado o ser rechazado, encajar o desaparecer—, el sufrimiento se vuelve inevitable. Trabajar con un psicólogo online orientado por el psicoanálisis implica justamente hacer lugar a lo que no encaja, a lo que no se acomoda, a lo que en vez de ser blanco o negro aparece como una pregunta.



Jerarquías que excluyen



La sociedad de Planilandia está organizada según el número de lados: cuantos más lados tiene una figura, más alto es su estatus. Las mujeres, por ejemplo, son líneas rectas —visibles solo de frente— y consideradas peligrosas si no se anuncian. La crítica de Abbott no es ingenua: expone los efectos de una lógica que clasifica a los sujetos de forma rígida y que reproduce un orden donde algunos deben ser invisibles para que otros puedan existir.


Este punto conecta con nuestras prácticas en terapia online. Muchos consultantes llegan con una sensación persistente de no estar a la altura de lo que se espera de ellos. No solo por lo que vivieron, sino por lo que no encontraron: un espacio donde no fueran medidos, evaluados o etiquetados. La terapia a distancia, lejos de repetir estos esquemas, puede ser un espacio para correrse del lugar asignado y poder interrogarlo.



Una lectura desde el psicoanálisis



Desde la perspectiva del psicoanálisis online, Planilandia puede leerse como una alegoría del encuentro con lo que aún no fue simbólizado: eso que no entra en los esquemas previos y sin embargo insiste. La Esfera que irrumpe en el mundo del Cuadrado no es simplemente un mensajero: es lo imposible de representar que, sin embargo, afecta. Como ocurre en la clínica, el problema no es solo ver algo distinto, sino soportar que lo que uno creía estable pueda replantearse.


Este movimiento es central en la terapia que llevamos adelante como psicólogos argentinos online. Muchas veces, lo que deja al sujeto en el padecimiento es la lógica cerrada con la que interpreta su mundo. En términos de Planilandia, podríamos decir que el pensamiento “plano” —ese que solo ve en dos dimensiones— una de las formas en que se manifiesta es en un modo binario de pensar: o soy exitoso o soy un fracaso; o me aman completamente o no valgo nada; o todo se resuelve o no tiene sentido intentar.


Esta lógica de pensamiento binario —lo que es y lo que no puede ser— lo trabajamos en el texto de nuestro blog: Es blanco o negro. El pensamiento ideal que deja siempre en el padecimiento. Allí señalamos cómo, en la clínica, muchas veces lo que hace sufrir es la rigidez de ciertas formas de pensar: ideales inalcanzables, categorías cerradas, dualismos que no dejan lugar a lo singular.


Así como en Planilandia los habitantes no pueden ver más allá de los bordes de su figura, en la experiencia clínica encontramos que el sujeto muchas veces queda atrapado en lo que “debería ser”. Como psicólogos, en cambio, trabajamos para abrir un espacio donde eso que no encaja, eso que no tiene lugar, pueda empezar, generando nuevos medios, a incluirse.


Tal como señalamos en nuestro artículo el problema aparece cuando el sujeto queda sometido a una lógica ideal. El ideal dice cómo debería ser todo, no deja margen para lo singular ni para el error. En Planilandia, el orden geométrico excluye lo que no se ajusta; en la clínica, ese mismo orden toma la forma de frases como “ya debería haberlo superado”, “esto no tiene sentido”, “si no soy el mejor, no soy nada”. Pensamientos que no dejan espacio a las elecciones de un sujeto y solo lo determinan y generan padecimiento.


Trabajar con un psicólogo o psicóloga online permite abrir esa superficie cerrada. No para imponer otra forma de pensar, sino para alojar lo que aparece como una falla, una contradicción, una pregunta. Ahí donde el pensamiento binario deja al sujeto encerrado, la palabra —cuando encuentra un lugar— puede comenzar a hacer bordes nuevos. Como en Planilandia, no se trata de forzar una dimensión superior, sino de generar los medios para que lo impensado pueda empezar a imaginarse.




Reseña del libro por Psicólogos Online Argentina



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