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La constitución del sujeto en el Seminario de la angustia (parte 2)

Actualizado: 2 ago 2021

Continuamos con la lectura del Seminario de la Angustia de Jacques Lacan desde la experiencia que realizamos en con la Terapia Online los psicólogos y psicólogas de Argentina.


“lo unheimlichkeit es lo que surge en el lugar donde debería estar el -phi… la falta viene a faltar”52

“hace que aparezcamos como objeto, al revelarnos la no autonomía del sujeto.”58

“la formula del fantasma, $ deseo de a, puede traducirse desde esta perspectiva –que el Otro se desvanezca, se quede pasmado, ante ese objeto que soy, con la salvedad de que yo me veo.”59

“es enmarcado como se sitúa el campo de la angustia…la relación de la escena con el mundo. Súbitamente, de golpe –siempre encontraran ustedes este termino en el momento de entrada en el fenómeno de lo unheimlich. Siempre encontraran la escena que se plantea en su dimensión propia, y que permite que surja aquello que, en el mundo, no puede decirse.”86


Lo necesario ya no es la completud de la imagen especular sino esta relacion al -phi. Lacan ubica lo unheimlichkeit como lo que se produce como encuentro ahí donde debería estar el -phi, -phi produce el marco donde algo puede aparecer. El sujeto se encuentra con el objeto que soy con la salvedad de que yo me veo. Ya no es desde el Otro que el sujeto se ve sino por lo que se construye como fantasma el campo de lo intrasubjetivo se constituye y permite otra mirada que la que viene del Otro, el sujeto puede verse como objeto sin el Otro, el Otro se desvanece dando lugar a otra relación con el deseo. Porque esta falta que plantea -phi no es la falta del deseo como deseo del Otro sino que Lacan la precisa con respecto al deseo como “mi deseo” dando lugar a lo intrasubjetivo.


“En este punto Heim no se manifiesta simplemente lo que ustedes saben desde siempre, a saber, que el deseo se revela como deseo del Otro, aquí deseo en el Otro, sino diré que mi deseo entra en el Otro donde es esperado desde toda la eternidad, bajo la forma del objeto que soy, en tanto que me exilia de mi subjetividad, al resolver, por él mismo, todos los significantes a los que esa subjetividad está ligada.” 58 Traducción de Ponte


Esta falta no es del deseo del Otro sino que permite ubicar al objeto que se fue para el deseo del Otro. La falta del deseo del Otro toma al sujeto como objeto en cambio -phi permite que el sujeto se comience a constituir en relación a su deseo. Y Lacan ubica lo que se modaliza de la demanda y del goce del Otro a partir de -phi.


“La evacuación fin del resultado de la función anal en tanto que comandada va a cobrar todo su alcance a nivel fálico como aquello que grafíca la pérdida del falo. Se entiende que todo esto no vale más que en el interior de la evocación, que debo hacer una vez más, de lo que dije sobre lo esencial del tiempo -phi central, central en relación con todo el esquema por donde — les ruego retener estas fórmulas— el momento de avance del goce, del goce del Otro y hacia el goce del Otro, supone la constitución de la castración como prenda de ese encuentro.” Clase 23


Ahí donde se inauguro el campo de lo sensible, Otro goce puede advenir y ser soportable, es decir, soporte de la existencia. -phi permite sensibilizarse al goce del Otro y dar lugar a la constitución de la castración. Que se pueda perder el falo como lo que dejaba expuesto al Otro con el cual el sujeto estaba obligado permite lo sensible.


Lacan ubica el goce del Otro en relación a la pesadilla y al enigma que conviene a un análisis:


“la angustia de la pesadilla es experimentada, hablando con propiedad, como la angustia del goce del Otro... Aquel ser que pesa por su goce es también un ser que interroga, e incluso que se manifiesta en aquella dimensión desarrollada de la pregunta que se llama el enigma. La esfinge, cuya intervención en el mito, no lo olviden, precede a todo el drama de Edipo, es una figura de pesadilla y al mismo tiempo una figura interrogadora. Esta pregunta aporta la forma más primordial de lo que he llamado la dimensión de la demanda… la pregunta en su forma más cerrada, en forma de un significante que se propone así mismo como opaco, lo cual es la posición del enigma.”73-74


Un semblante de Otro goce, de otra cosa, esto hace enigma, el significante que se dimensiona, que toma cuerpo por el goce del Otro. El significante se torna opaco deviene reserva operatoria, estructura la demanda ya no por la necesidad del Otro sino por lo que se orienta a partir de la barra. Enigma de la esfinge que no es del deseo del Otro, sino que refiere a lo que esta de mi lado, a una barra que me constituye como inconsciente. No se trata del que me quiere, ya que el que me quiere es lo que deja haciéndose en el fantasma para el Otro, sino de lo que aparece por la barra en el Otro produciendo un enigma que hace hablar de otra manera, estructurando la demanda de otra manera por lo que se corporeifica.


“El problema es la entrada del significante en lo real y ver cómo de esto nace el sujeto. ¿Implica esto que, si nos halláramos como ante una suerte de descenso del espíritu, la aparición de significantes alados comenzaría a hacer en ese real sus agujeros, en medio de los cuales aparecería uno que sería el sujeto?. Pienso que en la introducción de la división real-imaginario-simbólico nadie me atribuye tal propósito. Hoy se trata de saber qué está primero, qué permite encarnarse a ese significante; y lo que se lo permite es, desde luego, aquello que tenemos para presentificarnos los unos a los otros, nuestro cuerpo. Sólo que tampoco ese cuerpo debe ser tomado en las puras y simples categorías de la estética trascendental. Para decirlo de una vez, ese cuerpo no es constituible a la manera como Descartes lo instituye en el campo de le extensión. Se trata de advertir que el cuerpo en cuestión no nos es dado de manera pura y simple en nuestro espejo, que incluso en tal experiencia del espejo puede llegar un momento en que esa imagen, esa imagen especular que creemos tener se modifica: lo que tenemos frente a nosotros, nuestra estatura, nuestra cara, nuestro par de ojos, deja surgir la dimensión de nuestra propia mirada, y el valor de la imagen comienza entonces a cambiar, sobre todo si hay un momento en que esa mirada que aparece en el espejo comienza a no mirarnos ya a nosotros mismos; initium, aura, aurora de un sentimiento de extrañeza que es puerta abierta a la angustia. Pasaje de la imagen especular a ese doble que escapa de mi, he aquí el punto donde sucede algo de lo que creo que, por la articulación que damos a la función de ´a´”100


El cuerpo permite recortar el ´a´. El significante toma cuerpo, se coroporeifica, y el sujeto adviene por lo que se desprende del ´a´.




Redactado por los profesionales de Psicólogos Online Argentina



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